miércoles, 20 de abril de 2016

La imperdible región de Dordoña


Por qué visitar la Dordogne?

La Dordoña es una zona de muchas bellezas naturales, con verdes valles y bosques, y ríos perezosos.

En sus paisajes se mezcla también la mano del hombre, ya desde la época de las cavernas. Arte prehistórico, castillos medievales, cultivos de tabaco, girasol, maíz, y los omnipresentes nogales.

Hoy el turismo tiene mucha importancia en su economía... y pueblitos de postal, granjas de ocas, gastronomía exquisita, excursiones fluviales, cavernas con arte rupestre y cientos de castillos son su materia prima.

Pequeña noticia

El rio Dordogne da su nombre a una región en el suroeste de
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Francia que corresponde aproximadamente al antiguo condado de Périgord, con fama de combativo desde la época en que Julio César estaba tratando de sojuzgar a las Galias.

Hoy, se distinguen allí cuatro zonas:
  • El Périgord verde, así llamado por sus verdes valles, ríos y arroyos, con centro en Nontron;
  • El blanco, con sus colinas calizas y profusión de restos de culturas prehistóricas (Périgueux);
  • El púrpura, región de vinos (Bergerac);
  • Y el negro (Périgord noir), por sus densos bosques de pinos y robles, con centro en la ciudad de Sarlat.

La región, desde que Leonor de Aquitania se casó con un inglés, (1152) se encontraba en el límite entre los dominios de la corona inglesa y la naciente Francia. Así siguió por tres siglos, oscilando entre un lado y otro, hasta que luego de la guerra de los 100 años (1453) los ingleses se retiraron.
Testigos de estas turbulencias son los centenares de castillos que en diversos grados de mantenimiento dominan muchas de las alturas en las orillas de los ríos.
Con la paz, siguieron épocas de florecimiento (S15 y 16), con muchas obras de arquitectura gótica y renacentista.
Luego, le cayeron encima las guerras de religión... hasta que finalmente, Enrique de Navarra logra la pacificación del país con su famoso 'París bien vale una misa'.

TIP: La Dordogne no es una zona para andar apurado. Muchos de sus lugares son relativamente inaccesibles en tren o bus. Los caminos son estrechos, lentos y escénicos. Por lo cual si no se cuenta con dos, o mejor 3 días para dedicarle, casi mejor no ir o nos vamos a perder muchas cosas.

Accediendo a la Dordogne... cómo aprovechar los recorridos
  • Viniendo desde el norte (París o el Loira) se puede hacer una parada para visitar el pueblo mártir de Oradour-sur-Glane, borrado del mapa por los nazis, y que está tal cual lo dejaron.
  • Siguiendo hacia el sur, hay interesantes pueblos sobre el rio Lot, como St. Cirq Papopie. Hacia el este, Rocamadour.
  • Yendo o viniendo del sur, el Languedoc, con las fantásticas ciudades de Albi y Carcassonne, y playas sobre el Mediterráneo.
  • Y hacia el oeste, los amantes del vino no se querrán perder la mítica St. Emilion.
Hay para elegir... y, lamentablemente, también para descartar.

Algunos famosos de la región (no todos ricos)
  • Michel de Montaigne, Etienne de la Boetie, André Maurois, Antoine de Saint-Exupery (mundo literario)
  • Charles Maurice de Talleyrand-Périgord (político, diplomático, estadista)
  • Josephine Baker (bailarina , cantante, actriz) estaunidense, nacionalizada francesa, miembro de la resistencia, promotora de derechos civiles, vivió sus últimos años en un castillo en Castelnaud, recibiendo honores militares a su fallecimiento.
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Rodando desde el Loira

Salimos de nuestro refugio semi-campestre en la Loire y tomamos rumbo al suroeste. Queremos llegar temprano a nuestro destino, el pueblito ribereño de Beynac, sobre el rio Dordogne.



Empezamos el viaje con muy buen tiempo. Buscamos la autopista.
Eventualmente paramos para refrescarnos en uno de los aires que ofrecen todos los servicios para los viajeros... baños, cafeterías, lugares de reposo al aire libre, combustible, minimercado. En fin, todo lo usual.
Muy completos y los precios razonables.


Menos el combustible... mejor conseguirlo fuera de las autopistas.
(aquí te cuento otros secretos de cómo alquilar y manejarse con auto en Francia)

Lo bueno es que están marcados en los mapas, así que uno sabe por el camino cuánto le falta hasta llegar al próximo.

Ahora, café y gasoil... más tarde, sandwiches, tarteleta de frutillas y café... vemos mucha movimiento.

Nos llama la atención un grupo numeroso de gentes con aspecto de ir viajando hacia el norte de África... chilabas por doquier. Viajan en ómnibus, el cual lleva un trailer con los equipajes.





También se ven muchos camiones de muchos países... las patentes y los logos de las empresas de transporte nos cuentan historias de Portugal, Letonia, Alemania, Lichtenstein...

Rodamos por terrenos casi llanos. Más tarde empiezan las ondulaciones, luego se torna más montañoso y los bosques dominan el paisaje.

Pasamos peajes sin ver a ninguna persona controlando... ya hemos aprendido la lección y no olvidamos llevar provisión de monedas pues nuestras tarjetas de crédito no UE no funcionan aquí.

Entramos en la Limousin... se empiezan a ver vacas.

Finalmente, entran en escena los castillos, vigilantes a través de los siglos.


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Luego de mucho pensarlo hemos elegido como base un pueblito sobre el rio Dordogne: Beynac-et-Cazenac.
Tiene fama de muy pintoresco y pertenece a la asociación Les Plus Beaux Villages de France (Los más Bellos Pueblos de Francia).
Por algo será.

Así estaremos a mano para otros pueblos maravillosos sobre el mismo rio, podremos recorrer en barco o canoa, estaremos a poca distancia de la ciudad de Sarlat, y a tiro de los sitios arqueológicos con pinturas rupestres. Vamos a ver cómo nos va... 
En una entrega posterior vamos a elaborar sobre Beynac.

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En la próxima, hablaremos de un aspecto muy importante de los viajes... la comida! Nos vemos!



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